Maquinaria y equipos mineros
Triangulando sostenibilidad, optimización y rentabilidad
Mientras se augura el inicio de una Cuarta Revolución Industrial (o Industria 4.0) donde la tecnología se ha convertido en el motor impulsor del mundo, la minería se encuentra en una encrucijada donde debe aunar la convergencia de factores como los compromisos adoptados por los Acuerdos de París, y la implementación de tecnologías para optimizar sus operaciones y mejorar la seguridad. Si bien esta convergencia es fundamental para garantizar el futuro sostenible y rentable en el sector minero –donde prima la protección del medioambiente y bienestar de las comunidades–, la industria minera también busca deshacerse de una percepción que se le atribuye como una industria tradicional y reacia al cambio para poder así atraer nuevo talento joven.
En este sentido, compañías como Ferreyros, con 100 años de experiencia en la industria y 80 años como distribuidores de Caterpillar, son conscientes de la importancia de la transición energética global y la introducción de soluciones autónomas. Gonzalo Díaz Pró, gerente general de Ferreyros, explica que la californiana Caterpillar está comprometida en descarbonizar al 100% sus equipos y que ya comenzó a probar camiones mineros eléctricos de 240 toneladas propulsados enteramente por baterías: “La demostración ha sido muy exitosa. Esperamos poder introducir camiones 100% eléctricos en 2027, en línea con los compromisos de nuestros clientes por la sostenibilidad”. Ferreyros continúa avanzando en la tracción eléctrica de sus equipos, e introdujo en el último año más de medio centenar de Cat 798 y 794 al Perú. Estas máquinas se suman a las 120 unidades de tracción mecánica de 400 toneladas que se encuentran en las unidades de Cuajone, Las Bambas, Antapaccay, Antamina, Cerro Verde, Quellaveco y Toromocho; a esta última, le acaban de adjudicar una flota incremental de Cat 798 que entregarán este 2023.
Con respecto a la autonomía, Ferreyros fue la primera compañía en introducir, gradualmente, camiones autónomos a Quellaveco con un total de 30 unidades: el primer paso fue el control remoto de las operaciones y, posteriormente, se introdujo la inteligencia artificial para que las operaciones sean enteramente autónomas. Díaz Pró resalta que solo hay 500 de estas unidades de Caterpillar en el mundo. Mientras los equipos autónomos ofrecen beneficios en el aumento de productividad y de seguridad, también implican una transformación en el entorno laboral minero, pudiendo atraer nuevo talento: “Esta transformación en la minería también repercute en una reconversión de los puestos de trabajo hacia actividades más especializadas, enfocadas en informática e ingeniería”, detalla Díaz Pró.
Otra compañía con una estrecha relación con Quellaveco es Epiroc. Ángel Tobar, gerente general de Epiroc Región Andina, resalta su participación en la operación de Anglo American mediante seis equipos de perforación de producción autónomos tipo Pit Viper PV351, supervisados desde una sala de control común, así como tres perforadoras de precorte SmartROC D65, de operación tele-remota a distancia visual. La compañía, que ya cuenta con una hoja de ruta para electrificar sus equipos entre el 2025 y el 2030, también se ha comprometido con sus proveedores para reducir las emisiones: “Epiroc y SSAB iniciaron recientemente una asociación para asegurar el acceso a acero libre de combustibles fósiles y ya presentó el prototipo de un camión minero para minería subterránea, el Minetruck MT42, eléctrico a batería”, añade Tobar.
En aras de hacer crecer el semillero de futuros profesionales, Epiroc cuenta con la Red de Cátedras Universidad-Empresa Epiroc junto con la Universidad de San Marcos (UNMSM). Epiroc Iberia fue quien sentó las bases de este modelo colaborativo y, en el 2021, Epiroc Perú decidió replicarlo. Para expandir esta iniciativa, la UNMSM funciona como una universidad hub con la capacidad de firmar convenios bilaterales con otras universidades nacionales o internacionales. “Esta iniciativa beneficia tanto a las universidades participantes, como a nuestra compañía Epiroc: para las universidades proporciona a sus estudiantes acceso a formación en las últimas tecnologías emergentes y, a nosotros, nos permite acceder al talento que supone este semillero de futuros profesionales”, concluye Tobar.
Energías verdes para el metal rojo
No solo se está impulsando el desarrollo y adopción de equipos eléctricos a baterías en la minería, sino que también grandes OEMs están explorando el potencial del hidrógeno como fuente alternativa de energía. Ambas tecnologías desempeñan un papel fundamental en esta transición hacia un futuro más sostenible y libre de emisiones: mientras las baterías se consolidan como una solución eficiente para la electrificación y sistemas de almacenamiento, el hidrógeno ofrece la posibilidad de ser una fuente limpia y versátil. Así lo explica Tomás Martínez, CEO de Komatsu-Mitsui Maquinarias del Perú (KMMP), quien avala que en Komatsu están trabajando en tecnologías como los sistemas trolley, camiones eléctricos y, en el futuro, de hidrógeno.
KMMP recientemente alcanzó un acuerdo de venta con Antamina que contempla la adquisición de 20 camiones mineros modelo 980E-5SE con motores Cummins QSK95 y con un potencial en el mediano plazo de cinco años de otras 100 unidades. “Este acuerdo no solo representa un gran logro para la empresa en términos de facturación, sino también un hito en la introducción de camiones mineros con motores de mayor potencia, de 4,400 HP y una capacidad de carga de 400 toneladas”, añade Martínez.
Martínez también recalca el creciente interés por la introducción de camiones autónomos y de sus beneficios y ventajas: “En primer lugar, al prescindir de operadores, se reduce la exposición al riesgo. Además, se eliminan los tiempos muertos asociados con los cambios de turno, lo que mejora la eficiencia y la producción”.
Lubricantes, los “glóbulos verdes”
Terpel Perú se enfoca en el segmento de los lubricantes con la herencia de la marca Mobil y, según Luciano Macías, su gerente general, el 70% de las grandes operadoras peruanas trabajan directamente con ellos, mientras que ExxonMobil —propietaria de la marca Mobil— trabaja directamente con las grandes casas de maquinaria como Komatsu o Caterpillar y fabricantes de equipo de molienda. Macías explica que el cambio de los estándares de los aceites para motores diésel conllevó un afloramiento de oportunidades en el mercado peruano y chileno para adecuar los lubricantes a los grandes equipos mineros, que deben soportar grandes cargas. Así, trabajaron con ExxonMobil en la línea Mobil Delvac Modern, diseñada para equipos peruanos a más de 4,000 metros de altitud, y con combustibles de bajo o de muy alto azufre y para diversos OEMs: “Con la nueva línea de Mobil Delvac Modern, más del 80% de nuestros clientes ya han duplicado la vida útil de sus equipos, consumiendo menos combustible que, a su vez, permite disminuir la huella de carbono de la industria”, detalla Macías.
Terpel también está apalancando la circularidad y se encuentra evaluando alternativas para reutilizar el empaque de los lubricantes y recuperar o re-refinar aceites utilizados, en donde el resultado sea tan bueno o mejor que el original. La compañía ve las nuevas tecnologías de transporte como una oportunidad: “En el Perú comenzamos a buscar la eficiencia mediante el uso de lubricantes de alta tecnología, es decir, lograr que los equipos, paulatinamente, consuman menos a través de diferentes estrategias asociadas al lubricante. Con una mirada más hacia el futuro, hemos estado trabajando como Terpel y Copec –nuestra casa matriz–, de la mano de fabricantes de motores en los camiones que utilizarán hidrógeno verde. En este contexto, el negocio de Terpel no está definido por combustibles y lubricantes, sino más bien por energía y movilidad”, concluye.
Imagen cortesía de Ferreyros.