Metal rojo para un futuro verde
Perú es el segundo productor mundial de cobre
La producción de cobre se mantuvo estable durante el 2022 por segundo año consecutivo, casi igualando los niveles prepandemia (2.44 millones de toneladas en el 2022 frente a los 2.45 millones de toneladas en el 2019). En 2022, al igual que en el 2021, Antamina, Cerro Verde y Southern Copper encabezaron la lista de los tres principales productores cupríferos.
Según las cifras del Ministerio de Energía y Minas (MINEM), Antamina produjo unas 468,000 toneladas en 2022 (tm/a), un aumento del 1.6% respecto al año anterior. Cerro Verde, operado por Freeport McMoRan, tuvo un mejor desempeño en términos de crecimiento interanual y alcanzó una producción de 459,100 tm/a (+9.7%). Southern Copper ocupó el tercer lugar con una producción de alrededor de 342,000 tm/a, una disminución del 14.2% principalmente debida a la paralización de las operaciones en Cuajone y una disminución temporal en la ley del mineral.
En 2022 la mina de Cuajone estuvo paralizada durante 54 días debido a la interrupción por parte de la comunidad del suministro de agua. Según Óscar González Rocha, presidente ejecutivo de Southern Copper, la compañía mantiene una mesa de diálogo con la comunidad local: “Estamos trabajando en Cuajone para lograr una producción de 108,000 tm/d en lugar de las 90,000 tm/d que tenemos aprobadas. Posteriormente, esperamos llevar Cuajone a una producción como la de Toquepala, donde procesamos 120,000 tm/d”, explica.
Southern Copper, que también cuenta con minas en México y en Estados Unidos, posee diversos proyectos avanzados en Perú como Los Chancas, en Apurímac, y Michiquillay, en Cajamarca, además del proyecto Tía María, en Arequipa. Este último, al igual que Cuajone, se vio afectado por la conflictividad social y es uno de los grandes proyectos que el Perú tiene en cartera desde hace años, a pesar de tener la ingeniería lista. Southern mantiene su posición y se muestra optimista a pesar del transcurso de los años y, según González Rocha, habrían logrado aproximaciones con el gobierno para poder destrabarlo: “Este 2023 nos reunimos con las principales autoridades del país para continuar con el avance de Tía María. El proyecto está listo con toda la ingeniería y esperamos que salga este año, una vez que se resuelvan los problemas que atraviesa el país”, añade.
González Rocha afirma que Tía María es un proyecto de lixiviación que no generaría ni humos ni relaves para un producto final de cátodos de cobre. Sumando todos los proyectos de Southern en el país, el portafolio de inversiones de la compañía supera los US$ 8,000 millones, que incluirían la ampliación la refinería de Ilo. “Si bien producimos más cobre en México que en Perú, esperamos que la ampliación de Cuajone y la puesta en marcha de los otros proyectos nos permita producir nuevamente más en el Perú”, finaliza González Rocha.
Otro productor de cobre que ha sufrido desafíos de índole social y paradas en la producción es Las Bambas, operada por MMG. La empresa se mantuvo como cuarto mayor productor de cobre en 2022, con casi 255,000 tm/a, una disminución del 12.2% interanual. Las Bambas experimentó más de 100 días de operaciones restringidas en 2022, con el Corredor Vial Sur bloqueado. Según Edgardo Orderique, gerente general de Las Bambas, la producción de 255,000 tm/a significa un 45% menos de la capacidad de producción de su planta concentradora, que es de 450,000 toneladas: “Cada vez que sufrimos impactos en nuestras operaciones, no podemos esperar tener una producción proyectada a niveles normales al año siguiente debido al desbroce retrasado que se genera en la operación de minado, lo que nos impide encontrar mineral dentro de los tiempos proyectados”, expone Orderique.
A pesar de los retrasos y de la menor producción, Orderique recalca que han utilizado el tiempo para definir otras metas de largo plazo de la compañía, entre las que se encuentran inversiones en exploración y desarrollo, y avances para convertir Las Bambas en una mina digital. Con respecto al desarrollo del yacimiento, mantienen su programa de inversión de US$ 2,000 millones. “Aunque estos proyectos no implican un aumento en la producción, son necesarios para garantizar la sostenibilidad de las operaciones”, recalca Orderique. Las Bambas también ha implementado un tercer molino de bolas, que fue priorizado durante los periodos de suspensión de operaciones y que permitirá incrementar el procesamiento, la recuperación metalúrgica y la reducción del mineral destinado a los relaves.
Con respecto a la exploración, Las Bambas posee su proyecto “Ferrobamba Deeps”, pero deben continuar perforando para tener mayor certeza sobre los recursos debajo del tajo de Ferrobamba. Además, están trabajando con la comunidad de Huancuire para asegurar una explotación sostenible de Chalcobamba. Por último, con respecto a la digitalización, la compañía ha alcanzado cerca del 40% de la transición digital y, para este 2023, esperan implementar el control remoto de tres perforadoras.
Tras Las Bambas, se sitúa Chinalco como quinto productor de cobre, quien alcanzó en 2022 una producción cercana a las 245,000 tm/a (+3.8%), un “récord histórico” según Zhang Xudong, CEO de la compañía, que resalta que este hito llega tras haberse superado desafíos como los altos niveles de impurezas del yacimiento y los problemas en la cadena de suministro. Chinalco espera ampliar las operaciones de Toromocho, donde ya cuentan con una modificación del Estudio de Impacto Ambiental, para llegar a 170,000 tm/d: “Esta modificación de la concesión de beneficio dará empleo directo a 1,500 personas y empleo indirecto a otras 2,500. Una vez puesta en producción se generarán empleos directos e indirectos a 300 y 1,000 personas, respectivamente”, comenta Xudong.
Después de Chinalco se encuentran Compañía Minera Antapaccay y Marcobre que presentan resultados radicalmente opuestos en térrminos de variación interanual. Mientras Antapaccay sufrió una ca.da del 11.6%, quedándose en 151,000 tm/a, la compañía del grupo Minsur incrementó su producción en un 48.1%, y lleg. a las 126,000 tm/a.
Finalmente, en séptimo lugar del ránking de 2022 está la gran esperada, Quellaveco de Anglo American Perú, que alcanzó su primera producción comercial en el 2022 para llegar a las 100,000 toneladas de cobre fino en ese año inicial. La mina continúa el proceso de ramp up, con el objetivo de producir 300,000 toneladas anuales de cobre fino durante los próximos 10 años. Este año, la compañía también logró concluir su planta de molibdeno: “Nuestra planta de molibdeno comenzó su producción en abril del 2023 en volúmenes pequeños, aunque como parte del ramp up, también aumentaremos su producción en los próximos meses”, comenta Adolfo Heeren, CEO de Anglo American Perú.
Por otro lado, en línea con su hoja de ruta de sostenibilidad ambiental, Anglo American continúa trabajando en la planta de recuperación de partículas gruesas (CPR, por sus siglas en inglés), que debería estar finalizada en 2023. La planta CPR permitirá a la compañía recuperar el cobre entre el 2% y el 4% del cobre sin utilizar agua adicional, ya que sería reciclada desde los mismos relaves: “Será la primera planta de su tipo en el país y la tecnología puede ser adoptada por otras operaciones para lograr mayor eficiancia en la producción de cobre y en el uso de agua”, continúa Heeren.
En otro orden de cosas, desde que el precio del metal rojo cayó en julio del 2022 hasta los US$ 3.22/lb, los precios al alza han sido aprovechados por los principales productores del metal rojo del Perú para enfocarse en crecimiento orgánico, mediante el fortalecimiento de sus actividades de exploración brownfield y la expansión de sus operaciones en torno a sus unidades productoras.
Este es el caso de Hudbay Minerals. Mediante la consolidación de la producción de su depósito satélite en Constancia, Pampacancha, Hudbay aumentó el ritmo de procesamiento a 86,000 tm/d. Además, en el 2022, la compañía llevó a cabo una campaña de exploración en su depósito de pórfido de cobre Llaguen, ubicado a 90 kilómetros de Trujillo. La estimación inicial de recursos minerales incluye 271 millones de toneladas métricas de recursos indicados con una ley de 0.42% de cobre equivalente y, este 2023, Hudbay se enfocará en el estudio económico preliminar (PEA).
Según Javier del Río, vicepresidente senior de Hudbay para Sudamérica y EE.UU., en Constancia se logró mantener la producción y reducir costos mediante la innovación en equipos y el uso de machine learning, y gracias al apoyo de un equipo profesional sólido: “Todas estas iniciativas solo pueden ser provechosas y favorables si contamos con un equipo de profesionales que constantemente piensan en cómo optimizar el trabajo y nos otorgan estabilidad para poder alcanzar nuestras metas”.
Gracias a la relación con la comunidad de Uchucarcco, Hudbay obtuvo los acuerdos necesarios para avanzar con los permisos de exploración de los depósitos Caballito y María Reyna, adyacentes a Constancia: “Comenzamos con un estudio medioambiental para avanzar con el proceso de permisos para la perforación en un futuro cercano. Aún nos queda cuantificar y clasificar el mineral que tenemos. Según estos resultados, tomaremos las decisiones para saber cómo procesaremos estos depósitos”, detalla del Río.
El auge subterráneo
La producción de cobre en el Perú se encuentra liderada por operaciones de tajo abierto, aunque en los próximos años se va a producir una transición a operaciones subterráneas por dos cuestiones fundamentales: la primera es que las leyes se están volviendo más bajas y los recursos en superficie son cada vez menores; la segunda, las operaciones subterráneas tienen un menor impacto socioambiental. Antamina, por ejemplo, principal productor de cobre nacional, podría comenzar su transición a la operación subterránea en el 2031, para entrar en producción en 2036 y alcanzar su capacidad máxima en 2039.
Al igual que los operadores de minas a tajo abierto, los productores cupríferos subterráneos han estado aprovechando el viento a favor para ampliar y extender sus operaciones. El Brocal de Buenaventura, la principal mina subterránea de cobre, pudo aumentar su producción en el 2022 en un 19.5%, alcanzando casi las 50,000 tm/a; ello a pesar de los retrasos en la obtención de permisos para su relavera. Además, la compañía espera transformar esta mina en una operación exclusivamente cuprífera, aumentando su producción: “Vamos a privilegiar el minado subterráneo, con una ampliación a 9,000 tm/d en el 2023, con mineral de cobre que tiene mejores márgenes que el mineral polimetálico del tajo”, detalla Leandro García, CEO de Buenaventura.
Otra compañía que ha trabajado en la misma línea es Southern Peaks Mining (SPM). Tras culminar el primer proyecto de ampliación de Condestable, donde alcanzaron una capacidad de 8,400 tm/d, culminaron el estudio de factibilidad para continuar con una segunda ampliación, el cual requiere una modificación del EIA. “Una vez aprobado, esperamos ingresar a una siguiente etapa para aumentar el rendimiento de Condestable a entre 10,000 y 12,000 tm/d para 2024 o 2025”, explica Adolfo Vera, presidente y CEO de SPM.
Por otro lado, SPM continúa trabajando en el proyecto Ariana, que cuenta con los permisos, licencias y autorizaciones para sus operaciones, pero no aún con el beneplácito de los ciudadanos aledaños, quienes alegan que afectaría la provisión de agua. Para solventar esta cuestión y poner el proyecto en marcha, Vera explica que han decidido cambiar la ubicación de la relavera y pasar de un método de disposición de relave espesado a uno filtrado, que es más estable y requiere un menor grado de seguridad en la construcción del dique. “Al ser una mejora ambiental del proyecto, deberíamos poder realizarla mediante la aprobación de un Informe Técnico Sustentatorio (ITS). Una vez que contemos con este permiso, habríamos eliminado el riesgo que nuestros demandantes, equivocadamente, aducen que existe”, concluye.
Imagen cortesía de Anglo American.