Construcción y contratistas mineros
Trabajo en nuevos proyectos y operaciones existentes
Los últimos años no han sido fáciles para empresas contratistas y de construcción en el Perú. La incertidumbre política y social ha frenado algunas inversiones y ha dejado en el limbo a otras, generando cierta escasez de trabajo para este tipo de compañías. Proyectos como Yanacocha Sulfuros de Newmont, o San Gabriel de Buenaventura han sufrido ciertos retrasos, mientras que Corani de Bear Creek Mining está a la espera de cerrar un financiamiento para permita empezar con la construcción.
Por otro lado, las compañías de este segmento no han estado exentas de los efectos de la pandemia, especialmente en los proyectos que requieren grandes cantidades de personal. Newmont, por ejemplo, para el proyecto Yanacocha Sulfuros, requería que una fuerza laboral de construcción de 3,000 personas llegara primero a Cajamarca y después al emplazamiento de la mina, lo que la minera estadounidense consideró un riesgo para los trabajadores y para las comunidades locales. Después de esto, se pospuso la inversión total de fondos para la construcción del proyecto a la segunda mitad de 2022.
A pesar de que últimamente escasean las oportunidades relacionadas con proyectos nuevos más allá de Quellaveco, los buenos precios de los metales han empujado a las mineras a invertir en el capex de sostenibilidad y mantenimiento de las minas, que es necesario para que puedan seguir operando. Esto ha originado una alta demanda para ampliaciones de diques y relaveras y para el acompañamiento de la producción, así como para el mantenimiento de diferentes infraestructuras.
“Ante el temporal de la covid-19 y la inestabilidad en el país, nos estamos dirigiendo hacia las inversiones públicas que se hacen bajo contratos gobierno a gobierno”.
Renato Rojas, Gerente General, HV Contratistas
En este sentido, Stracon, un contratista con presencia regional, está ejecutando el contrato más grande que haya tenido Antamina, trabajando en la construcción de las presas de relaves y de los diques de contención. “Además, estamos presentes en Quellaveco, realizando trabajos en el desarrollo de la operación minera con equipos autónomos”, comenta John Tamayo, gerente país y vicepresidente en Perú de Stracon.
De manera similar, Abengoa Perú, que desarrolla actividades relacionadas con la ingeniería y la construcción y con las nuevas tecnologías de energías renovables, está experimentando una gran demanda de sus servicios de mantenimiento de infraestructuras eléctricas.
En este segmento, Abengoa Perú está trabajando en los paquetes cuatro, cinco y siete del proyecto de expansión de Shougang, así como en el mantenimiento de líneas de transmisión en Antapaccay y Antamina. En el área de obras, ejecutó recientemente en Cuajone un dique de retención, protección de canales, y llevó a cabo actividades relacionadas con obras hidráulicas de emergencia. Además, ha estado trabajado en la línea de transmisión para sistemas de alta tensión en el parque eólico de Punta Lomitas de Engie, que será el mayor parque eólico del país.
Los años previos a la pandemia estuvieron marcados por una falta de obras públicas, resultante de la inestabilidad política y la corrupción, y un simultáneo aumento de la actividad minera, lo que hizo que muchas constructoras se centraran en este sector. Sin embargo, parece que hoy esta tendencia está cambiando. HV Contratistas es una empresa peruana dedicada a la construcción en el Perú con más de 70 años en el mercado y amplia experiencia en el sector minero, y hoy está viendo oportunidades derivadas de la inversión pública en el país. “Ante el temporal de la covid-19 y la inestabilidad en el país, nos estamos dirigiendo hacia las inversiones públicas que se hacen bajo contratos gobierno a gobierno”, comenta Renato Rojas, gerente general de la compañía.
En el sector público, HV Contratistas está participando en uno de los proyectos de movimiento de tierras más importantes que hay en el Perú actualmente, que es para el aeropuerto de Chinchero. Por otro lado, la compañía también se está abriendo camino hacia el mundo de la infraestructura y el montaje en minería gracias al respaldo de SalfaCorp en Chile, grupo al que pertenece desde 2008, que incluye empresas constructoras de distintas especialidades.
Mientras que algunas empresas contratistas se están expandiendo a nuevos segmentos, otras, como Stracon, están apostando por la diversificación geográfica. “En el entorno internacional vamos a tener una estrategia muy agresiva”, revela José Luis del Corral, vicepresidente internacional de la compañía.
Stracon ya está trabajando en la mina Buriticá de Zijin-Continental Gold en Colombia, desarrollando trabajos desde principios de 2022. Además, la minera canadiense Soma Gold, a través de su filial colombiana Operadora Minera SAS, adjudicó a Stracon el contrato para la ejecución de una rampa de acceso en la mina Cordero en la región de Antioquia en Colombia. En Chile, Stracon está empezando obras preliminares para Fenix Gold, y a finales de 2021, también comenzó a proporcionar servicios de gestión de la construcción en México para la minera Peñoles.
“Uno de nuestros fuertes es nuestra forma de trabajar con las comunidades, que tiene muchísimo valor para el éxito de los proyectos. En ese sentido hemos implantado numerosos programas de capacitación que permiten incrementar la empleabilidad de las comunidades en los proyectos”.
Javier Vaca, CEO, CUMBRA
A pesar de las dificultades actuales en país, el Perú es un país lleno de oportunidades para los contratistas. Según la –siempre optimista– cartera de proyectos de construcción de mina publicada por el MINEM en noviembre de 2021, hay 43 proyectos con US$53,000 millones de inversión a nivel de capex. De esta inversión, el 90% iría dirigido a proyectos greenfield mientras que el 10% restante se destinaría a proyectos brownfield.
Si los planes de las empresas mineras llegan a concretarse, tomando solo la parte del capex que corresponde a la etapa de construcción (entre 40% y 50% aproximadamente), se identifica un total de 65 paquetes de construcción de alto nivel asociados a las especialidades de infraestructura, movimiento de tierras, obras civiles, obras electromecánicas y líneas de transmisión por un monto total de US$4,700 millones por adjudicar a corto plazo hasta finales de 2024. Por otro lado, en una ventana a mediano plazo, entre 2025 y 2027, la inversión ascendería a US$8,300 millones por adjudicar en paquetes para la etapa de construcción.
El enorme potencial que existe en el mercado peruano, y que podría destrabarse con las políticas correctas, ha llevado a varias empresas de construcción extranjeras a expandirse al país. Este es el caso de la empresa de construcciones y servicios de origen argentino Milicic, que llevaba muchos años con la vista puesta en el Perú debido a su larga tradición de desarrollo minero, e inició su internacionalización al país en 2019, si bien este proceso se vio interrumpido por la pandemia. La empresa cuenta con más de 50 años de experiencia en movimientos de tierras, obras civiles, obras de infraestructura, alquiler de equipos y provisión de servicios, habiendo trabajado para la mayoría de las grandes empresas mineras en Argentina. Retomando sus actividades tras la pandemia, Milicic está dando sus primeros pasos en el Perú; ha contratado a un gerente comercial y a un gerente de proyectos, que se encuentran armando la estructura de la empresa, y está trabajando en las primeras cotizaciones.
“Nuestras dos empresas principales son Cosapi Ingeniería y Construcción, dedicada al desarrollo de proyectos EPC o de construcción pura vinculados a la industria minera, y Cosapi Minería, dedicada a la explotación de minas a tajo abierto”.
Gerardo Luis Freire, CEO, Cosapi
“A diferencia de otros países a los que nos hemos internacionalizado, como Uruguay o Paraguay, que son mercados más pequeños donde nos enfocamos en proyectos concretos, en Perú queremos instalarnos, darnos a conocer y mostrar el valor que podemos ofrecer a nuestros clientes, y en base a ello crear nuestra estructura”, explica Marian Milicic, gerente general de la compañía.
Hoy en día, las empresas contratistas y constructoras deben ser conscientes de que, para operar con éxito en el Perú, deben jugar un papel muy importante en la aceptación social, que actualmente es una parte inherente al negocio minero. Los contratistas son socios de las empresas mineras que deben alinearse con los objetivos de los clientes, y contribuir al desarrollo de las comunidades aledañas a los proyectos, por ejemplo, mediante la contratación y de mano de obra local.
Como muestra de la contribución social que pueden hacer los contratistas, el 80% del personal de Stracon es local y capacitado por la empresa, y, de hecho, la compañía ya ha capacitado 794 operadores de camiones en el país, mediante simuladores y planes de capacitación. “En Quellaveco, hemos contratado exclusivamente a mujeres como operadoras de camiones, quienes también fueron capacitadas por Stracon”, comenta John Tamayo.
Imagen cortesía de Cosapi