Gonzalo Morante,
Gerente General,
WALSH PERÚ
“Los tiempos [del proceso de licenciamiento] son largos e implican periodos importantes en el ciclo de los proyectos y en su flujo de caja, si bien son similares si nos comparamos con países con el mismo nivel regulatorio”.
¿Cómo ha evolucionado la posición de Walsh en minería?
Históricamente, Walsh estaba enfocado en el sector de la energía. Sin embargo, hace nueve años empezamos un movimiento estratégico buscando incrementar nuestra presencia en el sector minero, y hoy la minería representa el 60% de los ingresos de la empresa. Contamos con experiencia en licenciamiento ambiental de operaciones mineras medianas y grandes tanto a tajo abierto como subterráneas. Durante los primeros meses de pandemia sufrimos una caída en nuestros niveles de negocio superior al 50%, pero actualmente ya hemos superado los niveles de facturación que teníamos antes de 2020, principalmente gracias a la minería.
¿Cuáles son los proyectos mineros más destacables en los que han participado?
Hemos trabajado con casi todas las mineras grandes del Perú. En el último año hemos estado trabajando en el licenciamiento de la expansión de Toromocho (Chinalco), de Marcona (Shougang) y Michiquillay (SPCC). Actualmente estamos trabajando en el licenciamiento de las expansiones de Inmaculada (Hochschild), La Arena y Huarón (Pan American Silver). También trabajamos en el diseño e implementación de sistemas de alerta temprana para la gestión multirriesgo. Seguimos trabajando en el ámbito energético, licenciando energía eléctrica tanto renovable como convencional, ya que cada expansión de una operación minera implica un aumento de la demanda de energía. A la fecha, Walsh es la consultora con más instrumentos de gestión ambiental detallados aprobados desde que inició la gestión del Senace.
¿Cómo están ampliando su oferta de servicios en la minería peruana?
A partir de 2019 empezamos a ofrecer servicios de reubicación de especies protegidas, así como monitoreos biológicos utilizando drones y tecnología digital. Además, hace aproximadamente tres años empezamos a enfocarnos en la gestión de recursos hídricos, trabajando el modelamiento con contratistas por el alto nivel de especialización que requiere. En el ámbito social, continuamos trabajando con la gestión de las partes interesadas (stakeholder engagement) y en la participación ciudadana. De hecho, fuimos pioneros en la realización de planes de participación ciudadana virtuales durante la pandemia. Hace unos años iniciamos la evaluación multirriesgo para empresas mineras y el diseño de sistemas de alerta temprana para salvaguardar a las poblaciones aledañas ante eventuales riesgos naturales. Aquí trabajamos muy de cerca con las empresas mineras, autoridades locales y población, incluyendo organización, capacitación y simulacros ante potenciales riesgos que pueden enfrentar.
¿Cómo ha cambiado la regulación ambiental en los últimos años?
En general, los procesos de licenciamiento se van haciendo más complejos según el avance de la regulación ambiental y la conflictividad social. La regulación va progresando conforme se van incorporando nuevos aprendizajes y buenas prácticas. El Senace está buscando una mayor uniformidad en el proceso, ya que antes había mucha variabilidad entre sectores. Además, se están introduciendo regulaciones cada vez más complejas que alargan el proceso de elaboración y revisión; por ejemplo, se ha implementado una regulación acerca de los modelos de dispersión del aire, lo que implica nuevos requerimientos de análisis, revisión de la información y extensa documentación.
Un aspecto fundamental en el proceso de licenciamiento es la interacción entre el Senace y los opinantes técnicos, ya que la minería experimenta observaciones realizadas por distintas instancias, vinculantes o no, que a veces se contradicen o se repiten. En definitiva, los tiempos son largos e implican periodos importantes en el ciclo de los proyectos y en su flujo de caja, si bien son similares si nos comparamos con países con el mismo nivel regulatorio.
¿Cuáles son las ventajas competitivas de Walsh en el Perú?
Contamos con experiencia en diversos ambientes en todo el Perú, incluyendo en la costa, sierra, selva y mar. Estamos comprometidos con la protección ambiental y la operación para lograr inversiones sustentables. Contamos con personas muy capacitadas y con amplia experiencia en la industria minera. Además, nos esforzamos por trabajar muy de cerca con nuestros clientes. Escuchándolos e intercambiando experiencias, aprendemos maneras más eficientes de hacer las cosas y que permitan la sostenibilidad a largo plazo. También tenemos mucha experiencia en relaciones comunitarias, trabajando en conjunto con ellas para lograr estrategias de avance.
¿Cómo percibe Walsh la situación social en el Perú desde las últimas elecciones?
Las relaciones sociales, si bien siempre han sido importantes, hoy son un aspecto clave para el desarrollo de proyectos mineros en el país. En los últimos años, el tema social se ha politizado bastante. La industria minera en el Perú tiene una larga historia, y las prácticas no amigables con el ambiente han sido reemplazadas. Algunas personas aprovechan este pasado para fomentar un rechazo a la minería. En la minería moderna, los aspectos sociales y ambientales están incorporados al diseño y los accionistas y partes interesadas exigen que estos incluyan las mejores prácticas. Es fundamental que la industria minera sea capaz de transmitir los cambios que se han hecho en el sector minero para trabajar de forma sostenible. Mientras no lo hagamos, otras personas van a llenar el vacío con información incorrecta, desinformando sobre la minería moderna. También es indispensable generar confianza, que se logra mediante el cumplimiento de los compromisos adquiridos con la población y la transparencia en todas las actividades de la industria minera. Hoy, los niveles de confianza son muy bajos debido a la polarización ocasionada por algunos actores.