Gonzalo Quijandría,
Director de Asuntos Corporativos,
MINSUR
"Tradicionalmente, hemos sido una productora de estaño que se diversificó al mercado del oro con la mina Pucamarca. En Mina Justa, obtuvimos una producción inicial de 85,000 toneladas de cobre en 2021, y estos niveles irán incrementándose."
¿Cuáles han sido los hitos de producción de Minsur en el último año y qué ha supuesto la entrada en producción de Mina Justa?
Lo más importante para nosotros es que Minsur definió su propósito como empresa, que es “mejoramos la vida transformando minerales en bienestar”. Guiados por este propósito, que pone a las personas en el centro de nuestras decisiones, empezamos la producción de Mina Justa, marcando nuestra entrada en el mercado del cobre. Nosotros hemos sido tradicionalmente una productora de estaño que se diversificó hace nueve años hacia el mercado del oro a través de la mina Pucamarca. En Mina Justa, obtuvimos una producción inicial de 85,000 toneladas de cobre en 2021, y estos niveles irán incrementándose en los próximos años conforme avance el proceso inicial de producción (ramp up).
En cuanto al estaño, nos convertimos en el segundo productor mundial, después de Yunnan Tin Group en China. Lo logramos al poder mantener la producción en los años de pandemia y al combinar nuestra producción de San Rafael en Puno y la fundición de Pisco con nuestra subsidiaria Taboca de Brasil. Además, comenzó a producir nuestro proyecto B2 de reaprovechamiento de relaves, que proporcionó 5,000 toneladas de estaño en 2021.
En un contexto de alta conflictividad social, Minsur logró firmar acuerdos con las comunidades en el área de influencia de San Rafael. ¿Qué suponen estos acuerdos?
Logramos un acuerdo a largo plazo con la comunidad de Antauta en la mina de San Rafael después de casi dos años de conversaciones directas. Un mes antes, logramos un acuerdo similar con Ajoyani, la otra comunidad del área de influencia de la mina. En ambos convenios hemos realizado compromisos de inversión alineados en ocho líneas de acción, incluyendo educación, salud, cierre de brechas de infraestructuras y desarrollo. En total, hemos llegado a acuerdos detallados de 48 proyectos que se van a ejecutar de la mano con los distritos. Actualmente estamos viviendo el pico de mayor convulsión social en cuanto a las comunidades mineras del país. Con estos acuerdos, esperamos poder marcar un camino señalado por el diálogo.
¿Cuáles han sido las claves del éxito de las negociaciones con las comunidades?
Llevamos casi 50 años operando en las comunidades de Antauta y Ajoyani, por lo que somos un vecino conocido. Esto ha ayudado mucho en las negociaciones. Un aspecto fundamental fue que las comunidades querían llegar a acuerdos con nosotros, ya que conocen los beneficios que puede traer la minería cuando se trabaja en conjunto. La segunda clave ha sido la perseverancia en el diálogo. Todos los lunes durante dos años nos hemos sentado a conversar para llegar a acuerdos. En tercer lugar, a pesar de los múltiples cambios en el gobierno y de funcionarios del Ministerio de Energía y Minas (MINEM), recibimos representantes de esta institución en las reuniones. Finalmente, cabe destacar que durante dos años hemos conversado sobre proyectos y no sobre dinero, haciendo que nuestro aporte sea sostenible y beneficie a todos.
Minsur fue una de las primeras empresas del Perú en ingresar al ICMM. ¿Podría destacar algunas de sus propuestas medioambientales?
El primer compromiso que asumimos al ingresar al ICMM fue enfocar nuestras operaciones hacia un estándar de clase mundial. Así, por ejemplo, nuestro proyecto Mina Justa se diseñó desde el primer momento con agua de mar. Además, en 2021 firmamos el compromiso donde nos alineamos al Acuerdo de París para alcanzar cero emisiones netas de carbono en el año 2050 o antes, y actualmente estamos empezando a diseñar la hoja de ruta para lograrlo. Estamos evaluando iniciativas de alcance 1 y 2, pero no nos estamos desligando del alcance 3. Vamos a tener que transformar nuestras operaciones en todos los sentidos, desde el transporte al consumo directo de energía, y paralelamente seguiremos persiguiendo iniciativas ambientales como buscar fuentes de agua que no compitan con la agricultura o el consumo de las ciudades, como hicimos en Pucamarca. Por último, estamos muy enfocados en la economía circular. Por ejemplo, mediante nuestro proyecto B2 estamos reaprovechando minerales que ya fueron extraídos y procesados y que se encuentran en una relavera. Queremos seguir ampliando nuestra tecnología para aprovechar al máximo los minerales de baja ley y las relaveras.