Ignacio Bustamante,
CEO,
HOCHSCHILD
"2021 fue un año transformacional para Hochschild porque dimos un primer paso hacia Brasil y Canadá, dos jurisdicciones que nos ofrecen muchas posibilidades para seguir creciendo."
¿Cómo evalúa el impacto de la pasada elección presidencial sobre el sector minero peruano?
Las empresas mineras se enfrentan de por sí a muchos retos y factores que están fuera de su control, como el precio de los minerales, los aspectos geológicos vinculados a encontrar nuevas minas o asegurar la continuidad de los yacimientos, o la relación con los diferentes stakeholders. A esto se ha sumado el reto del manejo político que se le pueda dar al sector. Lamentablemente, todavía no se están tomando las medidas adecuadas para asegurar la continuidad de la inversión minera o para garantizar la predictibilidad y eficiencia de los procesos. Actualmente, los tiempos excesivos que toma obtener los permisos necesarios para la exploración o para la construcción de nuevos proyectos le están restando muchísima competitividad al sector minero en el Perú. En este contexto, la industria está viéndose obligada a explorar alternativas en otros países. Esto es una pena, porque en el Perú hay una cartera de proyectos de cerca de US$60,000 millones que está paralizada y que se podría destrabar con las políticas correctas, y el beneficio para el país sería impresionante.
¿Cuál ha sido el desempeño de Hochschild en el último año?
El 2021 estuvo lleno de retos, pero fue un año transformacional para la compañía. En primer lugar, nuestra operación principal, la mina Inmaculada, tuvo un buen desempeño desde el punto de vista operativo y cumplió con las expectativas. Adicionalmente, fue un gran año desde el punto de vista geológico. Encontramos cerca de 850,000 onzas de oro como recursos inferidos, lo cual es extremadamente importante para extender su vida de mina. Además, los recursos encontrados son de mejor calidad que el promedio de los recursos que tenemos. Por otro lado, el 2021 fue un año transformacional porque dimos un primer paso hacia Brasil y Canadá, dos jurisdicciones que nos ofrecen muchas posibilidades para seguir creciendo.
¿Puede dar detalles sobre las nuevas adquisiciones en estos países?
El año pasado anunciamos la compra de Amarillo Gold y el proyecto Mara Rosa en Brasil, y esta se concretó a fines del primer trimestre de 2022. Lo adquirimos por US$120 millones, y el proyecto demandará una inversión de US$200 millones adicionales. Por tanto, ahora disponemos de un activo de primer nivel y en un país muy favorable a la inversión minera.
Además, el año pasado decidimos ejercer la opción de compra del que teníamos por el 60% del proyecto Snip, en British Columbia, con Skeena Resources. El proyecto está en una etapa mucho más preliminar que Mara Rosa, pero tiene mucho potencial. Cuando decidimos ejercer la opción de compra, el proyecto tenía 650,000 onzas de oro en recursos y hoy cuenta con 1.6 millones de onzas. Estamos desarrollando el estudio de prefactibilidad y explorando para encontrar recursos adicionales y entender el potencial de este proyecto.
¿Cuáles han sido los últimos avances en exploración brownfield en el Perú?
En Inmaculada, tuvimos mucho éxito el año pasado ya que encontramos 850,000 onzas en la zona de Ángela noreste, muy cerca de la zona operativa actual. Están concentradas en pocas estructuras. En 2022 seguiremos explorando en esa zona para intentar incrementar el potencial de recursos de esa área. Adicionalmente, estamos a la espera de dos permisos más para las zonas norte y oeste de la veta Ángela (la actual zona operativa), que esperamos recibir este año. Para 2023, esperamos recibir el permiso de la zona de Inmaculada este para seguir explorando otra nueva zona del depósito.
Por otro lado, Pallancata sigue siendo una operación con retos. Tiene por delante recursos que le permiten seguir operando en 2022 y 2023, y tenemos dos planes de trabajo. El primero es encontrar mineral en la zona de operaciones actual, que podríamos poner en producción de inmediato. En este frente no estamos teniendo los resultados que nos gustaría, pero seguimos con alternativas de exploración. El segundo está enfocado en el mediano plazo, y tiene el objetivo de encontrar mineral fuera de la zona operativa. Para ello, se requerirían nuevos permisos que pueden tomar cuatro años más. Hemos tenido resultados muy interesantes en la zona Pablo oeste, por lo que el reto ahora es encontrar mineral para el corto plazo.